Delfos
Este lugar es uno de los más claros receptores de las energías divinas. Aquí Apolo mató a la serpiente Pitón y allí se esconde el famoso oráculo de Delfos que consultaban las pitonisas para dar sus augurios. Sobre ese templo-gruta estaba escrita la máxima
Conócete a ti mismo.
Se dice que unas corrientes de aires calientes y sulfurosas –tal cual las de Cumas– recorrían el lugar y embriagaban a las mujeres que se alojaban en ese antro y allí se inspiraban para pronunciar sus oráculos. Algún poder tendrían los aires de esa caverna consultada por los máximos dirigentes griegos y sus sabios que aún está allí ante nuestros ojos indicando claramente el omphalos, el centro del mundo, a los pies del monte Parnaso, poblado de poetas, rapsodas y músicos guiados por las Musas que los visitaban e inspiraban, llenos de la pasión de los espíritus del cielo y de la tierra, que aún hoy se afincan en esos lugares.

Ciudad de Delfos, fotografía actual.
El nombre de Pitágoras también deriva de aquella serpiente, animal dual que cambia su piel y que por un lado simboliza la muerte y las energías ctónicas y por otro la eternidad y la sabiduría celeste representadas por el Parnaso, como las anteriores son manifestadas por la caverna de las pitonisas, ambos omphalos del mundo.
Y es claro observar, para cualquiera que esté interesado en ello, que las vibraciones que son emanadas de este conjunto están disponibles en cualquier momento y aún es posible beber de ellas aunque ya no sean específicamente las profecías de Delfos sino que con los romanos estas profetisas y poetisas pasaron a ser administradas por las Sibilas, en otro templo, en la región de Cumas.

Sibila Délfica. Grabado de Francesco Rosselli, finales s. XV. British Museum.